«Quiero tiempo, pero tiempo no apurado,
tiempo de jugar que es el mejor.
Por favor, me lo da suelto y no enjaulado
adentro de un despertador.»
(María Elena Walsh)
Decía Simone de Beauvoir que un adulto es un niño inflado por la edad. Sí, es así ¿Nos animamos los adultos a dejarnos envolver por la magia del juego?… Llegan las vacaciones de invierno y es un buen momento para respondernos esta pregunta, experimentando y promoviendo oportunidades para pasar tiempo de calidad en familia: cantar, jugar, reír, abrazarse, cocinar, mirar películas, conversar, reír más aún, leer cuentos, escuchar cuentos, dibujar, estar más tiempo en la cama, volver a reír, hacerse cosquillas, demostrarnos amor y sobre todo ¡COMPARTIR DISFRUTANDO!
El tiempo en familia es parte esencial en el desarrollo de los niños. Una buena comunicación basada en el respeto y la confianza ayudará a construir y fortalecer las relaciones, y los niños volverán de las vacaciones con aún más alegría y sonrisas para compartir con sus amigos y docentes y de esta manera seguir construyendo conocimientos significativos.
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